“Conveniente” es el segundo nombre de la comida rápida, pero esto resulta bastante engañoso cuando se echa un vistazo más de cerca a toda esta industria inútil y tóxica, que además es muy problemática. Desde una comercialización falsa, basura, salarios injustos e ingredientes ocultos, hay más datos desagradables con respecto a la industria de la comida rápida que capas tiene una cebolla. Es por eso que a lo largo de este artículo queremos presentarte algunos secretos difíciles de conocer sobre lo que realmente sucede dentro de tus cadenas favoritas.
1. Papas fritas
De acuerdo los especialistas, el aceite de oliva o girasol solo debería ser reutilizado una vez después de freír algún alimento, ya que al reciclarlo una y otra vez, este pierdes sus propiedades y se convierte solamente en grasas saturadas. Pues bien, ¿cuántas vece crees que las compañías de comida rápida reutilizan el aceite para freír sus patatas? Piénsalo detenidamente. En el año 2012, algunos ex empleados del Burger King, McDonald's y KFC, revelaron que el aceite para freír los alimentos lo cambiaban cada dos semanas. Consumir todas estas grasas es un problema bastante serio, ya que se van directamente a las arterias provocando problemas del corazón y otros relacionados con la obesidad.
2. Publicidad
Es bastante normal que la empresas usen trucos publicitarios para engañarnos, y las compañías de comida rápida son muy buenas en ese juego. Por ejemplo, los hot cakes los bañan en aceite de motor en lugar de jarabe de maíz para que luzcan aún más apetecibles; Por otro lado, a las hamburguesas se les colocan todos los ingrediente de forma que sobresalgan, además la carne está cruda y es pintada con crema de calzado para que se vea más grande; Asimismo, a las bebidas gaseosas se les agregan ácidos para que segreguen más espuma... Y lista podría continuar de manera indefinida…
3. Las líneas de la parrilla
Volviendo a los engaños, otro muy común que se da a la hora de servir el producto son las supuestas líneas llamativas en la carne realizadas por el asador. Dicho patrón pretende hacernos creer que nuestra carne está bien hecha, y que en los restaurantes que lo prometen, ha sido elaborada en una parrilla. Pero lo cierto es que esto es muy falso. Estas líneas pueden ser hechas fácilmente con la pala o, en ocasiones, con unas brochetas metálicas calientes. Incluso hay quienes aseguran que para no perder tiempo, hay compañías que las añaden durante el proceso de producción, en la fábrica.
4. El pan
Ni siquiera el pan que utilizan para todos sus productos queda exento de esta lista. De acuerdo a estudios, los bollos y panes empleados en la elaboración de comida rápida contienen azodicarbonamida, un agente químico espumante que facilita el manejo de la masa e incrementa su volumen para aguantar el transporte y almacenamiento. No obstante, esta sustancia también está presente en la fabricación de alfombras de plástico y suelas de algunos tipos de calzado. Lo peor de todo es que en muchos países, como EEUU y Latinoamérica, está aprobada para su uso en alimentos, así que puedes consumirla a tu antojo.
5. Nuggets de pollo
Si eres una de esas personas a las que le encanta comer nuggets con todo tipo de salsas, te vendría bien saber esto. La decente popularidad de este producto se debe a su sabor, el cual se obtiene de la forma más extraña, pues más de la mitad de los nuggets están hechos con grasa de pollo, restos de plumas, piel, petróleo y grasas hidrogenadas. ¿Acaso pensabas que estarían hecho de carne pura? Pues no, lo cierto es que al ingerir un nugget, además estás introduciendo en tu cuerpo todo tipo de sustancias químicas y cancerosas.
6. Dispensadores de bebidas
A continuación te presentaremos un dato bastante desagradable: Un estudio realizado por la BBC en el Reino Unido, demostró que más del 50% de las bebidas que se depositan en los dispensadores para su uso posterior, contienen materias fecales, es decir, una gran cantidad de excrementos. La mayoría de las veces se debe a que no se limpian correctamente, y todas esas bacterias llegan a través de los roedores y otros animales. La próxima vez, mejor lleva tu propia botella de agua, o simplemente no vayas.
7. Carne
Al comprar una hamburguesa, lo último que piensas es pensar cuántas vacas te estás comiendo. Parece exagerado, pero lo cierto es que la elaboración de carne para la producción de este producto es tan grande, que cada día miles de vacas son sacrificadas. Como consecuencia, las productoras no se detienen para dividir la porción que corresponde a cada animal; En otras palabras: la revuelven toda. Por ese mismo motivo es que una sola hamburguesa puede contener carne de hasta 100 vacas distintas.
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