lunes, 4 de diciembre de 2017

Razones honestas para casarte a los 30 años y no a los 20

Mientras crecemos, creemos tener la vida medio planeada. Queremos terminar la escuela, mudarnos a un lugar interesante y conocer a la persona de nuestros sueños. Si todo sale bien, algún día también nos comprometeremos, formaremos un hogar y esperaremos a formar una familia. Suena perfecto, ¿no? Bueno, por desgracia, a veces la vida tiene otros planes y nada se resuelve de la manera que esperamos. Aunque ahora es más frecuente, hay hombres y mujeres independientes que deciden posponer el matrimonio hasta que obtienen todo lo que quieren de la vida. De esta manera, queremos mostrarte algunas razones honestas por las que es aconsejable esperar hasta los 30 años para casarse, en lugar de a los 20.






1. Eres consciente del tipo de persona que eres 

En lugar de ser la persona recién graduada de la universidad que acaba de entrar en una vida práctica y un mundo de adultos, cuando llegas a los 30 años te vuelves alguien completamente diferente. Eres un individuo fuerte e independiente y sabes exactamente quién eres como persona. Asimismo, has tenido la oportunidad de crecer a lo largo de los 20 años y ahora, tu personalidad será inamovible. Esto te dará la confianza suficiente para enfrentarte a la vida, el amor y las relaciones como nunca antes







2. Sabes lo que quieres 

Ya no eres la ingenuidad que se conforma con lo primero que encuentra en su camino porque no conoce nada mejor. Has estado en el mundo y has podido establecer ciertos estándares para ti misma. Cuando alcanzas los 30 años, tienes una clara idea de las cosas que quieres obtener de tu vida. Has priorizado tus objetivos, tanto personales como profesionales. Los asuntos fundamentales de tu personalidad están todos ordenados y fuera del camino. Tienes un plan para tu vida y estás lo suficientemente segura como para ir tras ello. 






3. Serás financieramente estable 

El amor es suficiente, pero no siempre. Todavía estás en una fase difícil a los 20 años y no tendrás la suerte de ser seleccionado para poder ganar lo suficiente para tener una vida decente, a no ser que tu familia te lo permita. Siempre habrá compromisos sobre un deseo u otro para poder llegar a fin de mes, y ese no es el tipo de tensión que deseas colocar en un matrimonio. Un estudio sobre los divorcios demostró que las discusiones sobre el dinero son uno de los principales factores que fallan en los matrimonios. A los 30 años, habrás tenido algún trabajo estable y una cierta base de ingresos, por lo tanto, habrás ahorrado y obtenido cierto control sobre tus finanzas. 







4. A los 20 tienes tiempo “para ti” 

Cuando tienes 20 años, eres relativamente nuevo en el mundo, y tienes un millón de sueños que deseas cumplir en algún momento. Es posible que quieras viajar de mochilero con tus amigos por todo el país, ir por Europa o realizar algún otro plan de vacaciones improvisado. Cuando estás casado, simplemente no puedes dejar todo y marcharte como desees. Hay dos personas en un matrimonio y debes tener en cuenta su comodidad, rutina y horario. Tendrás mucho tiempo a tus 20 años para conocerte y amarte antes de poder aprender a comprometerte con alguien más. 






5. Aprenderás lo que significa estar en una relación 

Tener 20 años es el momento idóneo para el autodescubrimiento. Saludas a personas que te parecen interesantes y recibes una lección de cada relación que atraviesas. Tendrás un idea mucho más clara de las cosas que buscas en un romance, con lo que puedes comprometerte y aquello que simplemente no puedes dejar de lado. También poseerás una mayor flexibilidad y será más servicial cuando tengas 30 años. Basándote en relaciones pasadas, obtendrás la experiencia necesaria para manejar diferentes situaciones. Asimismo, no serás fácilmente impresionable y no permitirás que tu pareja juegue contigo o te influencie en contra de tu voluntad. 






6. Tendrás tiempo para vivir solo 

En numerosas ocasiones, cuando terminas el instituto y quieres estudiar una carrera determinada, muchísimos jóvenes del mundo se ven obligados a vivir solos y volverse un poco más independientes. En ese entonces, comienzas a perseguir al más ridículo de tus sueños, y habrás tenido relaciones con “chicos malos” como para no querer volver a esa época. Sin embargo, una vez llegues a los 30 años, te sentirás un poco más ansiosa por establecerte en un lugar concreto y te comprometerás para que las relaciones sean más fructíferas. 






7. Madurarás y tendrás mejores habilidades de comunicación 

La madurez se obtiene con la experiencia, no solo con la edad. Habrás obtenido una gran indagación lidiando con la vida y todas tus travesuras llevadas a cabo a los 20 años, y para el momento en que llegues a la tercera década, tendrás un mejor control de la vida. Del mismo modo, tus habilidades de comunicación ya habrán sido pulidas, por lo tanto, sabrás realizar el papel clave para que cualquier relación funcione. Por si fuera poco, tendrás una mejor confianza sexual y sabrás que pedir al respecto. 






8. El matrimonio es para siempre, y no hay prisa 

Tranquilo, no te convertirás en una calabaza ni caducarán tus partes íntimas cuando el reloj biológico alcance los 30 años. El matrimonio requiere compromiso, por lo tanto, es un trabajo duro. Tienes que dar el 100 por ciento en una relación y dedicarte en gran parte a tu pareja, porque es lo que lleva incluido. Son dos personas que tienen el control del mismo vehículo y deben mantener un ritmo continuo para no chocar. Por esa misma razón, el matrimonio es para siempre, y no hay prisa para llevarlo a cabo.




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